Rendición
Hoy querida audiencia les proponemos que dancen hacia su esencia, que se permitan realizar su alab amiro el vuelo del aguila hacia su esencia, es por ello que seleccionamos esta canalización sobre la rendición.
Rendición
Ahora bien, vamos a hacer algo hoy. ¡Nos divertiremos! Nos rendiremos. Nos rendiremos. Oh, esa palabra, esa palabra es quizá como una uña rasgando el pizarrón. Fueron enseñados a “Nunca te rindas, siempre lucha por tus derechos”. ¿Para qué están ustedes realmente luchando? ¿A que se están sujetando realmente? ¿Su viejo sí mismo humano? ¿Quieren eso de regreso? ¿Una vida del día a día, a veces lo que yo llamaría, muy triste y deprimida? ¿Están tratando de aferrarse a ese exiguo salario que tienen, por miedo de ir a no tener suficiente para comer o por miedo a que los cobradores vengan a su puerta? Rindámonos a todo eso ahora mismo y observen lo que sucede.
Bien, ahora, no me tomen el pelo. O lo hacen o no lo hacen. No digan que van como que a tratarlo, puesto que eso no funciona. Solamente se están resistiendo una vez más, así que o se quedan fuera del juego aquí... vamos a jugar un poquito con energía. Vamos a jugar con los efectos de su pran, su esencia.
Así que, si tienen la intención de unirse a mí... yo ya me rendí. No tendré nada que perder, vean (risas), y todo lo gané... así si tienen la intención. Ahora bien, no contenciones aquí. Si se van a contener, vayan a pararse energéticamente en la cocina o en el baño (algunas risas) porque vamos a estar jugando aquí ahora mismo con algunas energías. No hay un forzarlos a hacer esto tampoco. Es absolutamente por elección consciente – muy consciente.
Ahora bien, vamos a pedirle a Andra que suba por un momento, y ella y yo vamos a hacer esta cosa donde ella respira y yo hablo. Así que, Andra, ven adelante. Tú eres maravillosa con la rendición, aunque también he tenido que sacarte unas cuantas cosas con sacacorchos y tú sabes eso (algunas risas). Bien. Entonces, Andra, comencemos con la respiración.
ANDRA: Y así, en este momento, yo los invito... respiren a través de su nariz. Respiren. Sencillamente reciban.
Reciban. Dado que en el recibir se requiere la rendición para dejar ir.
Dejen ir, abriendo un espacio más grande.
Respiren.
Respiren profundo hacia dentro de ustedes. El regalo que él está compartiendo ahora con ustedes, respiren.
Respiren profundamente, abajo, abajo. Abajo hacia dentro de ustedes.
Sí.
KUTHUMI: Y mientras están respirando con Andra, ahora los invito a soltar todo. Y dicen: “¿Hacia qué? ¿Dentro de qué? Ah, dentro de nada. Dentro de nada. Una nada que está tan llena con confianza de su parte que podrían dejar ir hacia la nada.
Dicen: “¿Pero me rindo a mí?”. Ni siquiera eso. Ríndanse a la nada. Dejen ir.
Ahora un poquito más de respiración.
ANDRA: Respirando más profundo, más profundo, descubriendo la nada. Osando, osando. ¡Sí, sí!
Atreviéndose a dejar ir tan completamente. Sí
KUTHUMI: La rendición hace surgir cuestiones. Cuestiones que son como perros guardianes, cercas, muros, y todas estas otras cosas que ustedes ponen alrededor para proteger lo que pensaban que era ustedes. Pero ahora, en las respiraciones que tomamos con Andra, déjense a sí mismo rendirse.
Inclusive rindiendo la mente. La mente está chasqueando aquí afuera, analizando cada palabra, analizando cada visión que está pasando por ese cerebro de ustedes. Ahora mismo la mente está analizando el salón, “¿Es seguro el salón?”. Los está analizando a ustedes, “¿Has perdido tu loco juicio?”.
Incluso rindan eso. Déjenlo ir y tomen otra respiración con Andra.
ANDRA: Respirando, respirando en este dulce momento. Abajo, abajo, permitiendo a su mente danzar hacia dentro de la esencia. Hacia dentro de la esencia. Sí.
KUTHUMI: Y la pequeña mente dice: “Pero yo no sé cómo rendirme. No sé si puedo rendirme. ¿Estoy haciendo esto bien? Quizá debiera esperar. ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Dónde estoy ahora mismo?”. Y eso está bien. Oigan eso, siéntanlo, pero aún así, mediante las respiraciones con Andra, déjense rendir.
¿A qué se han estado sujetando? ¿Qué han estado almacenando y acumulando? ¿Qué han estado arrastrando por allá con ustedes? Ahora es un tiempo maravilloso para sencillamente dejarlo ir con alguna respiración.
ANDRA: Respiración por vez... noten... respiración por vez... la gentileza... respiración por vez... tanto más fácil, tan dulce.
Respiren y dejen ir. Sí.
Solamente una respiración por vez... más y más profundo. Sí.
KUTHUMI: Siempre existe el miedo al abismo. Ustedes han estado caminando sobre esa línea por tanto tiempo – la línea entre lo que pensaban era la realidad, lo que pensaban era equilibrio – caminando directo sobre la línea del abismo. Oh, ha sido... de alguna manera ha sido muy dramático y cautivador, muy temible, lo cual de hecho es solamente una forma de drama. Han estado caminando tan cerca sobre esta menuda línea del acantilado entre el equilibrio y el abismo, ese profundo abismo oscuro que ustedes escuchan que grita su nombre.
Deténganse por un momento. ¿Fue una voz? ¿Fue un demonio? ¿Fue otra voz mundana desde el abismo? Escuchen por un momento. O fue solamente Yo-ham, tú, gritando, diciendo que era tiempo de dejar ir; era tiempo de abandonar el viejo juego; era tiempo de rendirse a tú.
Deténganse por un momento y en estas próximas respiraciones escuchen esa voz que estaba llegando desde el abismo que ustedes temían. Sentían que estaba jalándolos, vituperándolos, burlándose de ustedes. Pero quiero que escuchen una vez más... con algo de respiración.
ANDRA: Escuchen. Escuchen la quietud mientras respiran. Más y más profundo. Más profundo dentro de esta quietud de ustedes.
Abajo, abajo. Dejando ir.
Dejando ir. Fusionando.
Fusionando. Respirando, respirando.
Profundo, profundo dentro de este momento de tú. Sí.
KUTHUMI: (Hablando muy gentilmente). No hay ningún infierno. No hay seres que puedan alguna vez consumirlos y esclavizarlos por la eternidad. No hay nada de eso. Sólo existe tú. Yo-ham. Tú.
Eso es todo lo que hay, así que en la rendición, en esta dulce rendición, es solamente soltar aquellas cosas a las que estuvieron aferrándose tan desesperadamente – pero también maldiciéndolas al mismo tiempo. El abismo no era un abismo para nada. No lo era. Nunca lo fue. No era el abismo de algún otro. No era algún tipo de infierno. No estaba perdido. Puedo decirles desde mi Yo-ham al suyo, a final de cuentas un alma, un ser, una esencia jamás puede ser perdida. Siempre hay alguna parte, profundamente enterrada quizá, pero siempre hay alguna parte de Tú que los está llamando de regreso a Tú, vean.
Hay una percepción de que ustedes pudieran haberse perdido vagando dentro de una de estas sendas de una vida, de un aspecto o una personalidad que crearon. Había el temor durante el camino, de que quizá se perderían tanto en una de estas creaciones suyas que nunca podrían regresar. Pero a final de cuentas, a final de cuentas, un ser álmico no puede perderse. Siempre está la voz. Siempre existen las señales que los llamarán de regreso a Tú.
Ahora la pregunta es: ¿Van ustedes a escuchar? ¿Van a ir por la experiencia? ¿Van a entrar a la dulce rendición sólo para caer en los brazos de Tú?
Gracias Andra. Muchas gracias con mucho cariño.
Ahora bien, vamos a hacer algo hoy. ¡Nos divertiremos! Nos rendiremos. Nos rendiremos. Oh, esa palabra, esa palabra es quizá como una uña rasgando el pizarrón. Fueron enseñados a “Nunca te rindas, siempre lucha por tus derechos”. ¿Para qué están ustedes realmente luchando? ¿A que se están sujetando realmente? ¿Su viejo sí mismo humano? ¿Quieren eso de regreso? ¿Una vida del día a día, a veces lo que yo llamaría, muy triste y deprimida? ¿Están tratando de aferrarse a ese exiguo salario que tienen, por miedo de ir a no tener suficiente para comer o por miedo a que los cobradores vengan a su puerta? Rindámonos a todo eso ahora mismo y observen lo que sucede.
Bien, ahora, no me tomen el pelo. O lo hacen o no lo hacen. No digan que van como que a tratarlo, puesto que eso no funciona. Solamente se están resistiendo una vez más, así que o se quedan fuera del juego aquí... vamos a jugar un poquito con energía. Vamos a jugar con los efectos de su pran, su esencia.
Así que, si tienen la intención de unirse a mí... yo ya me rendí. No tendré nada que perder, vean (risas), y todo lo gané... así si tienen la intención. Ahora bien, no contenciones aquí. Si se van a contener, vayan a pararse energéticamente en la cocina o en el baño (algunas risas) porque vamos a estar jugando aquí ahora mismo con algunas energías. No hay un forzarlos a hacer esto tampoco. Es absolutamente por elección consciente – muy consciente.
Ahora bien, vamos a pedirle a Andra que suba por un momento, y ella y yo vamos a hacer esta cosa donde ella respira y yo hablo. Así que, Andra, ven adelante. Tú eres maravillosa con la rendición, aunque también he tenido que sacarte unas cuantas cosas con sacacorchos y tú sabes eso (algunas risas). Bien. Entonces, Andra, comencemos con la respiración.
ANDRA: Y así, en este momento, yo los invito... respiren a través de su nariz. Respiren. Sencillamente reciban.
Reciban. Dado que en el recibir se requiere la rendición para dejar ir.
Dejen ir, abriendo un espacio más grande.
Respiren.
Respiren profundo hacia dentro de ustedes. El regalo que él está compartiendo ahora con ustedes, respiren.
Respiren profundamente, abajo, abajo. Abajo hacia dentro de ustedes.
Sí.
KUTHUMI: Y mientras están respirando con Andra, ahora los invito a soltar todo. Y dicen: “¿Hacia qué? ¿Dentro de qué? Ah, dentro de nada. Dentro de nada. Una nada que está tan llena con confianza de su parte que podrían dejar ir hacia la nada.
Dicen: “¿Pero me rindo a mí?”. Ni siquiera eso. Ríndanse a la nada. Dejen ir.
Ahora un poquito más de respiración.
ANDRA: Respirando más profundo, más profundo, descubriendo la nada. Osando, osando. ¡Sí, sí!
Atreviéndose a dejar ir tan completamente. Sí
KUTHUMI: La rendición hace surgir cuestiones. Cuestiones que son como perros guardianes, cercas, muros, y todas estas otras cosas que ustedes ponen alrededor para proteger lo que pensaban que era ustedes. Pero ahora, en las respiraciones que tomamos con Andra, déjense a sí mismo rendirse.
Inclusive rindiendo la mente. La mente está chasqueando aquí afuera, analizando cada palabra, analizando cada visión que está pasando por ese cerebro de ustedes. Ahora mismo la mente está analizando el salón, “¿Es seguro el salón?”. Los está analizando a ustedes, “¿Has perdido tu loco juicio?”.
Incluso rindan eso. Déjenlo ir y tomen otra respiración con Andra.
ANDRA: Respirando, respirando en este dulce momento. Abajo, abajo, permitiendo a su mente danzar hacia dentro de la esencia. Hacia dentro de la esencia. Sí.
KUTHUMI: Y la pequeña mente dice: “Pero yo no sé cómo rendirme. No sé si puedo rendirme. ¿Estoy haciendo esto bien? Quizá debiera esperar. ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Dónde estoy ahora mismo?”. Y eso está bien. Oigan eso, siéntanlo, pero aún así, mediante las respiraciones con Andra, déjense rendir.
¿A qué se han estado sujetando? ¿Qué han estado almacenando y acumulando? ¿Qué han estado arrastrando por allá con ustedes? Ahora es un tiempo maravilloso para sencillamente dejarlo ir con alguna respiración.
ANDRA: Respiración por vez... noten... respiración por vez... la gentileza... respiración por vez... tanto más fácil, tan dulce.
Respiren y dejen ir. Sí.
Solamente una respiración por vez... más y más profundo. Sí.
KUTHUMI: Siempre existe el miedo al abismo. Ustedes han estado caminando sobre esa línea por tanto tiempo – la línea entre lo que pensaban era la realidad, lo que pensaban era equilibrio – caminando directo sobre la línea del abismo. Oh, ha sido... de alguna manera ha sido muy dramático y cautivador, muy temible, lo cual de hecho es solamente una forma de drama. Han estado caminando tan cerca sobre esta menuda línea del acantilado entre el equilibrio y el abismo, ese profundo abismo oscuro que ustedes escuchan que grita su nombre.
Deténganse por un momento. ¿Fue una voz? ¿Fue un demonio? ¿Fue otra voz mundana desde el abismo? Escuchen por un momento. O fue solamente Yo-ham, tú, gritando, diciendo que era tiempo de dejar ir; era tiempo de abandonar el viejo juego; era tiempo de rendirse a tú.
Deténganse por un momento y en estas próximas respiraciones escuchen esa voz que estaba llegando desde el abismo que ustedes temían. Sentían que estaba jalándolos, vituperándolos, burlándose de ustedes. Pero quiero que escuchen una vez más... con algo de respiración.
ANDRA: Escuchen. Escuchen la quietud mientras respiran. Más y más profundo. Más profundo dentro de esta quietud de ustedes.
Abajo, abajo. Dejando ir.
Dejando ir. Fusionando.
Fusionando. Respirando, respirando.
Profundo, profundo dentro de este momento de tú. Sí.
KUTHUMI: (Hablando muy gentilmente). No hay ningún infierno. No hay seres que puedan alguna vez consumirlos y esclavizarlos por la eternidad. No hay nada de eso. Sólo existe tú. Yo-ham. Tú.
Eso es todo lo que hay, así que en la rendición, en esta dulce rendición, es solamente soltar aquellas cosas a las que estuvieron aferrándose tan desesperadamente – pero también maldiciéndolas al mismo tiempo. El abismo no era un abismo para nada. No lo era. Nunca lo fue. No era el abismo de algún otro. No era algún tipo de infierno. No estaba perdido. Puedo decirles desde mi Yo-ham al suyo, a final de cuentas un alma, un ser, una esencia jamás puede ser perdida. Siempre hay alguna parte, profundamente enterrada quizá, pero siempre hay alguna parte de Tú que los está llamando de regreso a Tú, vean.
Hay una percepción de que ustedes pudieran haberse perdido vagando dentro de una de estas sendas de una vida, de un aspecto o una personalidad que crearon. Había el temor durante el camino, de que quizá se perderían tanto en una de estas creaciones suyas que nunca podrían regresar. Pero a final de cuentas, a final de cuentas, un ser álmico no puede perderse. Siempre está la voz. Siempre existen las señales que los llamarán de regreso a Tú.
Ahora la pregunta es: ¿Van ustedes a escuchar? ¿Van a ir por la experiencia? ¿Van a entrar a la dulce rendición sólo para caer en los brazos de Tú?
Gracias Andra. Muchas gracias con mucho cariño.
Extracto de: La Serie Del Salto Cuántico: Shaud 2: “Tú, Tú, Tú” –
Presentando a Kuthumi lal Singh, canalizado por Geoffrey Hoppe
Presentado al Círculo Carmesí
Octubre 6, 2007
www.crimsoncircle.com
Traducción: Irma Sztabinski irmasz@yahoo.com
Comentarios
César